בס״ד

La comunidad judía de Roma se remonta al siglo I antes de la Era Común, e irónicamente fue haciéndose cada vez más próspera bajo el Imperio romano al contrario de lo que ocurría en Judea durante la misma época. Sin embargo, a partir del siglo IV la situación de los judíos de la península itálica fue haciéndose inestable debido a un drástico aumento del antisemitismo seguido de persecuciones y matanzas que acompañaron continuos edictos de expulsión (Sicilia 1524, Nápoles 1540, Reinos Papales 1569, Milán 1597). Tales sucesos provocaron que el 10 % de los judíos de la península emigrasen a Safed, en el norte de Israel, tal y como nos cuenta la historiadora judeo italiana Anna Foa en su guía sobre las comunidades judías italianas Ritrovare l’Italia.

El barrio judío, el antiguo gueto, se originó mediante la bula papal Cum nimis absurdum del papa Pablo IV que dio orden de confinar a los judíos en 1555 a un mismo barrio, amurallado, humillante, despojándolos de derechos y libertades, los cuales no volvieron a recuperar hasta 1870. Si bien algunos judíos agradecieron vivir entre muros, esto se debió a que ayudaría a frenar, en parte, los ataques contra la población judía. El gueto fue abolido en dos ocasiones e instaurado tan pronto como fue posible hasta su completa desaparición en 1878. Sus murallas no fueron demolidas hasta 1888.

Los dos milenios de presencia judía continuada en Roma fueron brutalmente interrumpidos un 16 de octubre de 1943 por los nazis y sus colaboradores. Al alba fueron apresados 1 024 judíos, deportados a Auschwitz y eliminados. Solo sobrevivieron 16. En total el 17 % de la judería italiana fue exterminado en los campos. Fue la página más negra de la historia europea y el último intento de exterminio del pueblo judío en el Viejo Continente.

En las aceras de las calles del barrio judío podemos encontrar numerosas placas que recuerdan a aquellos judíos que fueron sacados de sus hogares por los nazis y sus colaboradores para enviarlos a Auschwitz.

Un aterrador dibujo en el Museo de la Shoá de Roma.

El judío romano ha sobrevivido al Imperio romano, ha permanecido en esta tierra a pesar de las persecuciones y expulsiones -Italia cuenta hoy con alrededor de 50 000 judíos-, ha lidiado con la judeofobia, la intransigencia de Pío X ha sido convertida en amistad por el papa Juan Pablo II en su histórica visita a la sinagoga de Roma en 1986 -la primera de un papa a una sinagoga-, y que posteriormente visitaron el papa Benedicto XVI (2010) y el papa Francisco (2016). Incluso, el judaísmo romano ha sobrevivido al intento del total exterminio.

Yom Shení 27 de Jeshván de 5778
Lunes, 5 de noviembre de 2018


DavidYabo

Israelí, divulgador de historia judía y arqueología bíblica. Formándome en El Seminario Rabínico Latinoamericano. La golá te mata o te hace más fuerte, así que voy para Rabino.

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